20 marzo 2007

homicida se confiesa

[Concepción] Huyó a Concepción y cambió la droga por la fe. En una quitada de drogas apuñaló a un narcotraficante. Cómplice de homicidio, contó a Crónica cómo empezó su fuga. Jonathan huyó de Santiago hace unos meses, luego ser sorprendido robando y con las especies del asaltado en su posesión. Antes de eso, el joven -que hoy tiene 18 años- había permanecido año ymedio en un centro de reclusión para menores en San Bernardo. Su crimen: cómplice de homicidio.

Huida
Su víctima fue un narcotraficante de unos 20 años, quien recibió de su mano una puñalada en el estómago "y un amigo con el que andaba le reventó un escopetazo en la cabeza. Queríamos quitarle la droga", contó.
Y agregó: "Me acuerdo muy poco, yo estaba dopado, había tomado pastillas".
El padre del sujeto quiso vengar el crimen y con ello obligó a Jonathan a dejar familia y casa y emprender la fuga a Concepción. "Quería matarme", afirmó.
Con la idea de conseguir droga y calmar su adicción, intentó dedicarse al robo en nuestra zona, pero no lo logró.
"No se puede. La ciudad es muy chica y andan hartos cabros. Nos tienen mala a los de Santiago, si uno es de afuera no puede robar acá, porque ellos defienden su territorio", detalló.
Explicó que los ladrones que pululan por el centro penquista son un grupo hermético y que es prácticamente imposible formar parte de sus filas.

Nueva Vida
Sin necesidad de recibir amenazas, entendió que no podía dedicarse al robo y tras recordar el consejo de su padre, también ex presidiario, se acercó a la Iglesia Evangélica.
Ahora aborrece su crimen y su pasado delictual. "Me pregunto todos los días por qué lo hice", confesó.

"Creo en la Redención"
Si bien no conoce a Jonathan, el pastor Fernando Tardón, del Centro Evangelístico Carcelario de Concepción (Cecarcon), sí sabe de cientos de jóvenes que como él se arrepintieron de sus crímenes. "Llevamos 17 años en este tema, en Cecarcon cabe quien sale de la cárcel y quien está en la droga", describió. "Creo muy sinceramente en el arrepentimiento de estas personas.
Yo trabajo en el complejo El Manzano, conozco la cárcel y sé de qué estoy hablando".
Aseguró que la redención es producto del "toque especial que da la palabra de Dios en los hombres, se forma un nexo entre ellos. Los hombres somos especiales, hay algunos que se dan cuenta de sus errores y otros se van a la tumba y nunca comprenden", agregó, y destacó la valentía de los 18 jóvenes que están hoy en su centro y que supieron asumir su pasado, igual que Jonathan.

La Calle Es de los Fuertes
Si bien dice estar arrepentido de su error, de haber participado en la muerte de alguien, Jonathan también sabe que es la ley de la calle. "Una puñalada no es nada, uno tiene que defenderse como sea, porque solamente el fuerte sobrevive y el que no sabe pelear se muere", reflexionó.
Explicó que ya no quiere volver a delinquir ni a drogarse, pues estuvo por muchos años amarrado al consumo de pasta base, alcohol, neoprén y pastillas (chicota).
"Consumir drogas me afectó mucho, en lo sicológico sobre todo, porque se me olvidan las cosas, y ya no soy el mismo de antes", se lamentó.
[Tania Merino]
[tmerino@cronica.cl]

[20 de marzo de 2007]
crónica]

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