14 mayo 2007

condenado por violación impropia

[Los Ángeles] Polola tenía 13 años. Anciano fue condenado a cinco años de presidio por violación impropia. Tribunal Oral Penal de Los Ángeles dio a conocer su decisión el sábado, luego del juicio realizado a mediados de la semana pasada contra este hombre, que incluso reconoció al hijo que tuvo con su víctima.
Cinco años de reclusión, los que no cumplirá efectivamente pues fue beneficiado con la libertad vigilada, fue el castigo otorgado por la justicia a José Benedicto Garrido, un hombre de 62 años imputado por la violación de una menor de 13 años.
La adolescente, voluntariamente, mantuvo relaciones sexuales con el individuo, pero según manda la legislación de nuestro país, dicha acción no puede tener lugar bajo ninguna circunstancia entre un menor de 14 años y un mayor de edad. Cuando el acto es consentido, se habla de violación impropia. De este modo, los hechos por los cuales fue llevado a juicio este sujeto, a mediados de la semana pasada, se sitúan en Nacimiento.
Al comenzar el 2006, de un día para otro, la madre de la niña notó una serie de cambios en el cuerpo de su hija lo que, al concurrir ante un médico, quedó en evidencia se debía al avanzado estado de gravidez, de seis meses, que presentaba la muchacha.
Una vez completado el embarazo, la niña dio a luz en la maternidad del hospital local, sitio al que llegó el feliz padre para visitar a su descendiente.
El jefe del centro asistencial, al conocer al progenitor, se dio cuenta de que estaba en presencia de un ilícito por lo que, como obliga la ley, dio aviso de la situación a la autoridad pertinente.
Tras ello, Garrido fue detenido, decretándose su prisión preventiva.
Esta inusual relación, la que menor definió durante el desarrollo de la audiencia contra el imputado como un romance comenzó a gestarse, sin embargo, muchos años antes, cuando el condenado convivía con la tía de la víctima.
El individuo conoció desde muy pequeña y acostumbraba a regalarle dinero a la hoy adolescente de 15 años. Sin poder explicarlo, una atracción surgió entre ambos.
Tan fuerte fue el vínculo, que la pareja echó de la casa a este hombre luego de que lo descubriera junto a la muchacha en actitudes muy dudosas.
Tras ello, el imputado se fue a vivir solo, cerca del lugar. Cada tarde, según su relato, la ofendida lo visitaba en su hogar, y juntos "veían tele, tomaban onces y salían a pasear". Esto, de manera secreta.
Cuando la niña quedó embarazada, sus familiares obviamente condenaron el hecho y más aún las circunstancias en que tuvo lugar. Sin embargo, pasado el tiempo, las muestras de compromiso y la dedicación expresadas por Garrido, quien reconoció legalmente a la criatura, hicieron cambiar en parte esa opinión.
El sujeto, quien además es analfabeto, se defendió en el juicio asegurando que él se había enamorado de la menor y que sus intenciones con ella eran las mejores.
El Ministerio Público, en tanto, solicitaba una pena de diez años de cárcel efectiva en orden a que el hombre ya había sido condenado por abuso sexual en contra de la misma persona.
El argumento no fue considerado, pues dicha sentencia fue evacuada cuando el imputado ya había embarazado a la muchacha, es decir, al momento de cometer la ‘violación impropia' tenía un prontuario libre de antecedentes.
Junto a ello, el tribunal oral consideró la sustancial colaboración prestada por el condenado durante la investigación, gracias a lo cual finalmente evadió la cárcel. [14 de mayo de 2007]
la tribuna]

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