26 julio 2008

5 Años por Abortos Reiterados

[Santiago] En resolución unánime, Corte Suprema mantuvo condena para padrastro y su hijastra. Cinco años para pareja que abortó sus siete hijos.
El fallo establece que Ramón Pardo y Jacqueline López engendraron siete niños, cuya vida interrumpieron para luego deshacerse de ellos. Sus restos aparecieron en una fosa séptica, un entretecho y un lodazal.
En un fallo unánime, la Segunda Sala de la Corte Suprema confirmó ayer la condena de cinco años de presidio efectivo para la pareja que abortó a siete de sus hijos entre 1994 y 2001 en la localidad de San Sebastián, en la Quinta Región, y la comuna de Colina, en Santiago.
Con este dictamen, los magistrados ratificaron la pena impuesta por la ministra en visita Dobra Lusic quien, tras una investigación de tres años, estableció que Jacqueline López González y Ramón Pardo Valenzuela mantuvieron relaciones sexuales a escondidas por un período de siete años debido a que el hombre era originalmente el conviviente de la madre de la sentenciada.
Esta situación clandestina los llevó a ocultar en reiteradas oportunidades los sucesivos embarazos de la mujer, quien tras abortar procedía a deshacerse de cada uno de los fetos.
Según el dictamen de primera instancia -confirmado por el máximo tribunal- está acreditado que la pareja eliminó "en enero del año 1994 (...) un feto ocultado en el entretecho de una residencia de la localidad de San Sebastián; entre los años 1995 a 1998 (...) a lo menos a un feto lanzado a un pozo séptico de (un) inmueble en la ciudad de Colina, lugar de residencia de los intervinientes, y en el año 2001, (...) a dos fetos enterrados en el sector conocido como Las Chancheras, en la misma ciudad", reseña el fallo.
Así los ministros Nibaldo Segura, Jaime Rodríguez, Rubén Ballesteros, Hugo Dolmestch y el abogado integrante Óscar Carrasco confirmaron la sentencia dictada contra la pareja, la que ya había sido ratificada por la Corte de Apelaciones de Santiago el 21 de enero último.

Celos
El caso se destapó en enero de 2003, cuando Pardo Valenzuela (entonces, de 45 años) arrebatado por los celos acusó a la hija de su conviviente de haberse hecho siete abortos.
La denuncia resultaba extraña pero poco a poco comenzó a revelarse la verdadera historia que había detrás. En realidad, Pardo Valenzuela había iniciado una relación sentimental paralela con la joven mujer a comienzos de los noventa, cuando ella tenía sólo 12 años.
La sentenciada estuvo embarazada en siete oportunidades, una de ellas de mellizos. En cada oportunidad, esta especie de padrastro la asistió como partero y luego la ayudó a deshacerse de los fetos.
Durante el período en que estuvo con Pardo Valenzuela nació sólo un niño, M.L.L, que ahora bordea los 16 años.
El resto de los hijos de la pareja corrió una suerte muy distinta. Cuando la policía comenzó a realizar las primeras diligencias en la casa que tenían en el balneario de San Sebastián y en el domicilio de Colina se encontró con restos de fetos enterrados en el patio, un pozo séptico, en un lodazal y en un entretecho.
Estos hallazgos conmovieron en 2003 a la opinión pública, por lo que a pocos días de destapado el caso, la Corte de Apelaciones de Santiago designó a una ministra en visita para que dirigiera la indagatoria.
La jueza Dobra Lusic luego de tres años de investigación condenó a cinco años sin beneficios a la pareja, pena confirmada por el tribunal de alzada y la Suprema.
[Andrea Chaparro]
[25 de julio de 2008]

la nación]

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